miércoles, 27 de abril de 2011

Adónde va el Medio Oriente

Gabriel Correa V.

Análisis.

Más allá de la satisfacción por la caída de autócratas como Mubarak en Egipto , lo cierto es que la transformación que está ocurriendo en el mundo árabe promete alterar radicalmente la relación entre la región con Occidente. Para entender este cambio , es necesario tener en cuenta que las grandes potencias europeas y EE.UU. han mantenido su influencia en la región. En 1916 el Reino Unido y Francia firmaron el acuerdo Sykes-Picot por el que se repartieron el control del Medio Oriente . Tras la descolonización , la influencia occidental se mantuvo en cabeza de Washington. Norteamericanos y europeos fueron expulsados temporalmente de algunos países Egipto en 1952 , Libia 1969 , etc. Pero en general su presencia se mantuvo gracias a una mutua necesidad.
Tanto los gobiernos árabes como sus homólogos en Europa y EE.UU. estaban interesados en la estabilidad de un negocio petrolero que beneficiaba a unos y otros.
Las protestas de estos días cambia esta ecuación. En los casos en que la revolución triunfe , los nuevos gobiernos serán más nacionalistas cuando no fundamentalistas . En consecuencia , estarán menos dispuestos a aceptar la protección occidental y podrían retornar al viejo hábito de utilizar el petróleo como una arma para afirmar su peso
Los gobiernos autoritarios árabes ya no pueden confiar en el respaldo estadounidense

Internacional. Pero , además , las cosas pueden no ir mejor para los occidentales si los viejos regímenes sobreviven . Después de que el presidente Obama se ladease a favor de la oposición y abandonase a Mubarak , los gobiernos autoritarios árabes ya no pueden confiar en el respaldo estadounidense. Ahí está , el caso de Bahréin , cuyo monarca aceptó albergar una base estadounidense a la espera de contar con el respaldo de Washington en tiempos difíciles. Ahora , con la Casa Blanca cada vez más crítica por la represión de las recientes manifestaciones , parece probable que el rey Hamad no encuentre ninguna razón para permitir a EE.UU. continuar disfrutando de esas facilidades militares.
Así , EE.UU y sus socios europeos podrían quedarse sin espacio tanto en el viejo como en el nuevo mundo árabe. Por un lado , los gobiernos nacidos de esta oleada revolucionaria prometen ser menos condescendientes con sus intereses. Por otro , sus antiguos aliados los miran como traidores. Para complicar las cosas , los regímenes asediados y las nuevas autoridades revolucionarias pueden buscar otros socios. China quiere ganar influencia sobre el petróleo de Medio Oriente y no tiene reparo alguno en pactar con quien sea necesario. Así las cosas , las manifestaciones de las capitales árabes pueden ser el anuncio del final de un siglo de presencia occidental en la región . 

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